viernes, 29 de junio de 2012

Miguel Soño...


CAPÍTULO V


Todos los sábados hacían mercado; le dijo su padre que habían solicitado, a cada rey gobernante, que fuera franco y aún no lo habían conseguido.
Miguel era feliz en compañía de su amigo Tomás. Compraban menudencias con algunas monedas de cobre que llevaban en la bolsa de cuero que les vendió aquel zapatero, venido como otros de la tierra de los limoneros. Éste, se instaló después con su familia en las cercanías, a la entrada este de la muralla, y tuvo 13 vástagos. Miguel y Tomás jugaban en ocasiones con los mellizos, pues eran de edades parecidas. El lugar donde trabajaban emanaba un olor fuerte, más aún que en la zona de la salazón del arrabal. Santiago, otro de los hermanos menores, ya tenía 11 años, ayudaba a su padre en el curtido. En un pozo de piedra introducían la piel con sal, y después de pasar un periodo determinado de tiempo, lo sacaban; aun así retiraban con gran esfuerzo el vello al futuro cuero.
Miguel y Tomás iban calzados con sus botas de mayor, hechas por ser buenos “caballeros”. Sentían gran orgullo y creían ser ya grandes. Ellos, veían a los hijos de los agricultores, calzando una especie de albarca de madera, en cambio los suyos eran calientes en invierno y suaves. Cuando él fuera un rico señor, las compraría de piel de cabra. Llegado el verano, se ponían unas sandalias a pie descubierto y sin calzas. Los muchachos de los arrabales vestían diferentes, llevaban ropas bastas y oscuras, ayudaban en los trabajos de los mayores y recibían algún bofetón si se escapan a jugar.
Llegaban a la villa otros chicos, eran criados o lazarillos de empobrecidos ciegos, mancos o tullidos, y pedían por todas los lugares. Estaban delgados y sucios, maltratados, castigados por sus amos y por casi todos, pues por tantas hambres y faltas, intentaban robar a los vendedores las comidas expuestas, ya fuera una hogaza de pan, un trozo de queso, o mojaban con rapidez el dedo, casi sarnoso, en la jarra del “mielero”; huían a carreras para evitar un buen pescozón. A pesar de que los padres advirtieron a Miguel y a Tomás, de no juntarse con ellos, alguna vez hablaron y aprendieron de su desenvoltura en preparar lazos para atrapar pájaros… y otras cosas menos saludables.
Los lazarillos y criados eran graciosos y agudos, sabían mucho de lugares y ciudades grandes y caminaban considerables distancias cada día en esos recorridos. Martín estuvo mucho tiempo en la villa; el ciego se puso enfermo y hubo de cuidarle con los ungüentos que compró. Sabía este crío de su abultada bolsa con monedas no gastadas, el ciego la disimulaba y atesoraba de tal manera, que hasta cuando padeció las altas fiebres fue imposible robársela, cada vez le pesaba más.
Les dijo Martín, riendo a carcajadas, que cojeaba por el peso, no por daño.
Había de todo en aquel mercadillo, incluso dulces que tenían cremas y frutas, según su madre se llamaban grosellas. La miel estaba deliciosa en aquellos trozos de pan; mezclada con las avellanas y las nueces crujientes y brillaba  bajo el astro rey como el mismo oro de los medallones de los señores que por allí pasaban, iban acompañados de sus soldados y escuderos. Los anillos que lucían en las manos representaban figuras de animales y alguno de ellos, eran su sello personal.
Sabían de un puesto con quesos olorosos. Algunos picaban, como el de Cabrales de las Asturias; otros se deshacían en la boca. Los de cabra eran pequeños, sabrosos, con un toque de acidez. Una vez los mezclaron con miel y les encantó. Los queseros acudían a vender una vez al mes, pues les quedaba muy lejos.
Vieron en uno de los puestos un peine precioso en plata y madera, expuesto durante muchos meses pues era caro, estaba grabado con dibujos y tenía dos partes, una de dientes separados y la otra con ellos muy juntos para atrapar piojos. Montones de perfumes y jabones, óleos perfumados en “pomaderas” que despedían  aromas en las habitaciones; decían que algunos venían de Venecia.
En la posada de su padre, vieron bañarse muchas veces a cansados y casi enfermos viajeros, en una especie de gran tonel cortado a la mitad. Si era hidalgo se le añadían pétalos de rosas, como a las mujeres. Su madre calentaba el agua en ollas hasta hervir, luego la mezclaba con la fría y conseguía un punto templado. Alguna vez se metían con ropa y todo, tiesas de polvo, sudor y lluvia de tantos días de camino, para una vez mojada, retirársela; solían ser los emisarios o mensajeros reales. Tras una hora en remojo, cepillados y jabonados por escuderos o criados, salían cubriéndose con paños blancos para secarse, y se vestían los más poderosos con sus batas de seda, y el resto, con jubones de lino. El pelo volvía a su color original, cuando llegaban, estaba tan sucio que parecía tener el tono de la piel de las mulas viejas.
Muchos de aquellos vendedores quedaron con el tiempo en la ciudad. Fueron necesarios por la llegada masiva de gentes, personas que veían en ella el futuro, maestros en todos los oficios, incluidos religiosos; para ellos y varias generaciones de sus descendientes, pues se preveía hacer de aquella población un devenir de almas y trabajos, al menos en dos centurias. Algunos proyectos contemplaban la reconstrucción de dos puentes, ayudarían a menguar las grandes distancias que se recorrían ahora a pie, y que se hacía por detrás de la Villa, eran caminos o antiguas calzadas.
Sabían Miguel y Tomás todo esto porque escucharon la conversación de dos maestros canteros. Dijeron entre cuchicheos, saber de buena tinta que habían aprobado una partida de 500.000 maravedíes de oro. Miguel se lo dijo a sus padres, y le dieron, por escuchar conversaciones ajenas, una cachetada. Les oyó luego decir: “Las cosas de palacio van despacio”.
Llegaron al mercado un boticario, que hizo casa en la zona intramuros, otro barbero y un sanador de dientes. Alfareros, escribanos, alfayates, carniceros y muchos otros tenderos que llenaron aquella población creciente.
Los dos amigos observaban la construcción de casas y hasta algún palacete, para los descendientes de los grandes linajes como los Corro, Oreña, Herrera, Vallines, Estrada o Bravo. Algunas de estas casonas se encontraban en lugares alejados de la villa, repartidos en sus posesiones de las poblaciones, la gran mayoría se dedicaban a cobrar los impuestos de paso por los Caminos Reales.
Tomás le decía a su amigo miguel, que quería quedarse en la villa y asumir el oficio de su padre, pero antes viajaría a la ciudad de Myrthia (Murcia). Allí aprendería el oficio de carpintero. Quería esculpir en las maderas bellos cuerpos y retablos, luego policromados, para iglesias o palacios.
En primavera, jugaban a encontrar y divisar los nidos de los pajarillos más pequeños. Raitines (reyezuelos), papucas (petirrojos), también los gorriones que criaban al lado del las chimeneas en los tejados, era curioso, ¡saltaban en lugar de caminar! Los tulanos anidaban en los agujeros de los muros con nidos de 20 huevos pequeñísimos, menores que el tamaño de una avellana sin cáscara, tenían pintas y su color era como el  blanco de las piedras de la playa. Tomás era un artista, siempre ganaba las apuestas; Miguel debía pagarlas andando a la pata coja como las garzas, hasta llegar a casa.




Textos, Ángeles Sánchez Gandarillas
Ilustraciones, J. Ramón Lengomín
Noviembre, 2010
CAPITULO VI


jueves, 28 de junio de 2012

II Torneo de Voley Playa Villa de San Vicente



El II Torneo de Voley Playa Villa de San Vicente se fue para Gijón, tras la brillante actuación de Cristina Imargues y David Sánchez, que vencieron en la final a la pareja cántabra integrada por Sheila Cañizo y Alex Río.
Los cántabros comenzaron muy bien el encuentro final para ganar el trofeo barquereño, logrando un 21 a 9 en el primer set, pero fueron superados por los gijoneses después por 21 a 15 en el segundo set, y por 15 a 10 en el tercero y definitivo.
Un total de 32 parejas se dieron cita en la playa del Tostadero para competir por este trofeo, que comenzó a las 10 de la mañana y se prolongó durante 10 horas, hasta el final de la tarde.
Los mejores jugadores locales fueron Ricardo Sánchez e Inés Noriega, ambos de La Revilla.
Ricardo Sánchez e Inés Noriega, de La Revilla
El alcalde, Julián Vélez, y el concejal de Deporte, Mario Hortigüela, hicieron entrega de los trofeos a los ganadores y participantes en este torneo, organizado por la Escuela de Voleibol de San Vicente y en el que colabora el Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera.
INFORMA: Monica Ortega Tazón

XVII Trofeo de Fútbol Sala de San Vicente


Este fin de semana se ha celebrado el XVII Trofeo de Fútbol Sala de San Vicente, en el pabellón polideportivo municipal, donde se dieron cita un total de 16 equipos.
Participaron Puzzle Copas 2, Los Reventaos, Pan Ropesa, Los Turcos, Pub El Acuerdo, Cabuérniga, El Balcao, El Moro La Pradera, Toral, Los Pila, Ganadería El Cierru, Puzzle Copas 1, Los Bulis, Cano, ZM Fútbol Sala y Castro Peña Quinera.
Ganadería El Cierru se alzó con triunfo en este torneo, al vencer a Los Turcos en la final por 5-2, en un partido que comenzaron ganado los locales y que terminó con empate a uno en el descanso. En la reanudación Los Turcos tuvieron que alinear a un portero-jugador tras las lesiones de sus dos guardametas, encajando cuatro goles por sólo uno a favor.
Las 24 horas fútbol sala de San Vicente comenzó el sábado a las 15.50 hasta las 24.30, y el domingo desde las 11.30 hasta las 20.00 horas.
Antes de la final senior se disputó un encuentro entre los pre benjamines de San Vicente y de Unquera, con victoria de estos últimos.
El alcalde, Julián Vélez, y el concejal de Deporte, Mario Hortigüela, hicieron entrega de los trofeos a los ganadores en este torneo, organizado por nuestro Ayuntamiento.








miércoles, 27 de junio de 2012

Campeonato de Karate

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Organiza: CDESHOTAKAN DARATE-DO San Vicente de la Barquera
Con la colaboración del Exmo. Ayuntamiento

lunes, 25 de junio de 2012

Noche de San Juan


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Este año festejamos de nuevo la Noche de San Juan en la playa del Tostadero, es una antiquísima tradición.
Alrededor de la Hoguera con la música de gaitas, panderetas y tambores, celebramos la llegada del solsticio de verano con ritos de purificación, saltamos tes veces las brasas para ahuyentar los malos espíritus, echamos sal al fuego para limpiar el alma, quemamos los deseos y algo viejo a las doce en punto.
También prepararon y quemaron con mimo la queimada y un alma pura leyó el conjuro, que nos embriagó de cariño y amistad.





Carta abierta desde el corazón


San Vicente, a 25 de junio de 2012

Estimados Lectores: Es un placer entrar a este rincón que habéis creado con tanto mimo, dedicación y esmero, y os doy las gracias por invitarme a expresar mi opinión.
Soy una de las muchas profesoras que han trabajado en el IES José Hierro, una de tantas personas que viene de otro lugar porque la Consejería de Educación le otorga una plaza durante dos años. Al principio cuesta hacer tantos kilómetros para llegar aquí, aunque cada día miras al horizonte y ves un color diferente por estos cielos, estas montañas, esta ría, este mar. El paisaje afuera y la música en el coche ayudan mucho. El arte. La belleza. Todo lo posee este entorno incomparable. San Vicente de la Barquera es una villa cautivadora. El Instituto está construido en un lugar privilegiado. No sabéis qué alegría produce impartir clase en algunas aulas en las que al levantar la mirada hallas unas flotantes montañas que te hacen un guiño con su cabellera blanca, o sentir la plenitud de la ría colmada que sonríe en pleno invierno a quien se atreva a resistir su osada fertilidad. Es perturbador.
En este magnífico entorno bullen y rebullen puñados de adolescentes que vienen de aquí y de otros bellos pueblos de los alrededores a aprender, a hacer amigos, a crecer con nosotros, y a pasarlo bien. El niño de doce años arriba al instituto asustado e ilusionado, jubiloso y azarado; se siente un poquito mayor y espera que nosotros le hagamos la vida más fácil y le enseñemos muchas cosas; sus padres esperan que sea un buen niño y que saque buenas notas. Nosotros los recibimos ilusionados porque son como ‘esponjas’ que absorben todo lo que les transmitamos. Os aseguro que es muy emotivo observar algunas caritas cuando escuchan un poema o una palabra desconocida. Es alentador escuchar a los compañeros de todas las materias anécdotas sobre lo bien que tañen un instrumento, o hacen los ejercicios de matemáticas, o realizan actividades deportivas, o artísticas, tecnológicas y científicas. El entusiasmo predomina en estos jovencitos con los que tenemos una gran responsabilidad. Son frágiles amapolas que buscan la luz para crecer y brillar. Luego van creciendo, la pubertad los sorprende y cada uno va madurando como puede. Ellos nos dan lecciones, aprendemos de unos para dar a otros, es el ciclo vital de la transformación de la energía.
Algunos no obtienen el título de Secundaria, pero se van y nos dejan algo, y se llevan algo nuestro también. Otros llegan hasta cuarto, buscan fortuna en la formación profesional o el mundo laboral, o trabajan con sus padres. Se van ufanos porque han logrado un objetivo. Y otros obtienen el Título de Bachiller y se presentan a la Prueba de Acceso a la Universidad. Este curso han superado las pruebas de la Selectividad todos los alumnos. Los profesores nos sentimos muy orgullosos de ellos, porque han trabajado mucho durante todo el curso. Y deseamos que sepan elegir aquello que los haga más felices. Porque eso es lo más importante.
Unos nos vamos, otros se quedan, vendrán otros nuevos, alumnos y profesores. Todo se mueve continuamente y es en ese flujo, como el devenir de la mar, la ría y las montañas de San Vicente de la Barquera, en el que generaciones de adolescentes desarrollarán su potencial.
Y ya para despedirme, estimados lectores, quiero expresar la gran satisfacción que ha supuesto para mí haber sido profesora de los alumnos del IES José Hierro, quiero agradecer todo lo que he aprendido de ellos y con ellos. He disfrutado con sus risas, y me he apenado con sus llantos, me he disgustado con sus errores y he aprendido a comprenderlos. Doy gracias a este pueblo de San Vicente, porque me voy con la maleta repleta, el corazón pleno de emociones y la mente llena de recuerdos. No me voy, quedo con ellos y con sus gentes.
Carmen Alonso González.
Profesora de Lengua Castellana y Literatura.
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GRADUACIÓN DE SEGUNDO DE BACHILLERATO
PROMOCIÓN 2011-2012
FOTO: Agustin Laguna
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viernes, 22 de junio de 2012

Miguel Soño...


CAPÍTULO IV


Miguel, tenía curiosidad por todo y sobre los oficios sobremanera, por ello, faltaba a las clases, las más de las veces, investigando por los astilleros.
Le encantaba ayudar a recoger el chapapote de los pozos y no le importaba su fuerte olor. Una vez caliente, junto con la estopa, servía para calafatear las heridas, las aperturas de los listones o tinglados en los cascos de los barcos y en sus cubiertas.
En una ocasión le tomaron el pelo encargándole que trajera la caja de las herramientas del carpintero de rivera, que tendría casi una vara por un codo real de rivera -también llamado tres dedos-, de alto y ancho, (83 x 57 x 57 cm). Al intentar levantarla casi deja el brazo. Lo intentó de nuevo tirando con las dos manos; al ver las risas de todos, pensó que estaba clavado en aquella base para sostener la nave en construcción. Cuando iba a tirarles con barro, comprobó que el ayudante del carpintero recogía con facilidad ese peso. Aquel cajón albergaba multitud de herramientas, martillos, legras, azuelas, garlopas, formones, tenazas y algunos clavos, podría pesar alrededor tres arrobas, (33 kilos). Entonces comprendió porqué todos aquellos hombres tenían los brazos grandes, con fuertes musculaturas y espaldas anchísimas, tanto como los pucheros de cobre o alfarería, utilizadas por su madre para las grandes comidas, donde según le contó ella, le metía de pequeño, para que no se lastimara gateando por la cocina.
También allí era feliz. Veía el trajín de las chalupas cargadas de pescado y en alguna ocasión, cogía de los cestos algún calamar para salpicar de tinta a Tomás.
Los dos amigos quedaron en el patio de la iglesia pero, a Miguel le gustaba más meterse entre los esqueletos de las estructuras, entre aquellas cuadernas de roble en las que empleaban madera verde -preguntó el por qué y le dijeron que era más fácil de arquear-, o subir a las cubiertas sin terminar, donde igualan los baos para que asentara bien todo el revestimiento. La semana anterior había visto cómo colocaban la tapa de regala y remataban el forro al barraganete. Lo hacían con una maestría envidiable y Miguel ansiaba ayudarlos.
Miraba con extrañeza el cepillo curvo, el padre de Tomás no lo tiene por su taller y tampoco la falsa escuadra. Colocarán acto seguido, el puente donde se pondrían las catapultas de madera y hierro, las calderas en las que se prenderían los proyectiles para lanzarlas hacia los barcos enemigos. -cavilaba cómo lo harían, se sentó en popa donde situarían el timón de caña, se hizo con una brújula imaginaria y se figuró las órdenes que tendría que dar: ¡A estribor a toda vela, mantén la latina tensa!-.
Constantemente soñaba…
Quería ser el capataz que mandaba a los remeros a bordo, compensarles después de la batalla ganada con pan, cecina, agua y aquellos limones que protegían del escorbuto de tantos días navegados o en lucha, y la promesa de que al regreso, les retribuiría con suplementos de algunos maravedíes más del pago estipulado y repartiendo garrafas de aquel brandy que tanto les gustaba.
Sería médico a la vez; sí, sabría curar las heridas y sacar las muelas careadas que hacían gritar al más fuerte de los hombres. Él lo había visto. También quería ser herrero, fabricaría sus propias armas, sus escudos e incluso el casco para las justas, como las que vio en la  playa grande a marea baja. Los jinetes iban montados en los caballos más bonitos que nunca vio. Se imagino a sí mismo, adornados con telas de colores y cabalgando con elegancia o en ataque, como aquellos caballeros con los escudos de sus armas pintados e igualmente, bordados en los estandartes, vestidos con mallas y armaduras relucientes al sol, espuelas preciosas y brillantes, portando lanzas largas, adornadas con flecos que colgaran al viento...
Fue testigo también de las peleas a pie para entrenamiento de los soldados que pronto partirían, unos por tierra y otros embarcados, lo hacían con espadas, puñales, bolas o mazas con clavos, pesadísimas, pendiendo de aquellas cadenas para impulsarlas con fuerza, con arcos y el carcaj lleno de punzantes flechas, adornadas por plumas teñidas con los colores de la bandera que lo identificaba, un valuarte que debían defender contra viento y marea, pues de perderla en las batallas u otros conflictos, simbolizaría la derrota. Pretendía ser el dueño de esas armas preciosas con grabados, auténticas obras de arte llenas de adornos... Quería una espada labrada como la Tizona del Cid.
Se les adiestraba a casi todos, porque los hombres, por medio de levas, eran arrancados de sus hogares, quisieran o no, ajenos a la milicia profesional. Su padre le dijo que algunos fueron ejecutados por negarse. Solían ser los más jóvenes y fuertes, dejaban sus familias sin ayuda, merced de los pechos o diezmos que habían de pagar como impuesto a la Iglesia, y hasta la mitad de lo restante a sus señores feudales. Lo injusto era que los nobles urbanos, estaban exentos de satisfacer impuestos indirectos, como los mercaderes, los artesanos enriquecidos, incluidos los caballeros. Él, iría voluntario a la guerra.




Textos, Ángeles Sánchez Gandarillas
Ilustraciones, J. Ramón Lengomín
Noviembre, 2010

miércoles, 20 de junio de 2012

Antonio Resines Produce la historia del "pajaro Amarillo"

El cántabro Antonio Resines se estrena como productor documental con 'La aventura del pájaro amarillo', la historia que todos conocemos, del primer avión con un polizón a bordo, que se estrena  en el Canal Historia, antes de su llegada a los cines «un poco después del verano» con la intención de presentarlo a los Goya «a ver qué pasa».
Aquella fue la primera aeronave francesa que, en 1929, atravesó el Atlántico desde Nueva York y que, antes de llegar a París, se vio obligada a aterrizar en la playa de Oyambre, en Comillas, al quedarse sin combustible por el peso extra de un inesperado pasajero.
En la playa cántabra un monumento recuerda a los protagonistas de aquella aventura de 5.300 kilómetros recorridos tras 29 horas de vuelo: Armand Lotti, el promotor, Jean Assolant, primer piloto y René Lefèvre, navegador, además del polizón estadounidense Arthur Schreiber. «Queríamos hablar sobre la gente que, por afán de aventura, amistad y valentía, hacía cosas tremendas como venir desde Nueva York con un avión que es como de juguete», comenta Resines. «Además, gracias a ellos evolucionó la aviación comercial y la de pasajeros».
«Iban con los mismos instrumentos que Cristóbal Colón», una brújula y un compás, destaca en la cinta Manuel Sánchez de Movellán, que falleció poco después de la grabación de su entrevista. Fue el marqués quien «puso en la pista» al equipo de mucha de la información que contiene el documental, por lo que le han dedicado el mismo, explica Resines, ganador del Goya al mejor actor en 1998 por su trabajo en la cinta 'La buena estrella'.
INFORMACIÓN: El Diario Montañes

hace un tiempo hablamos de esta Historia
con foto de ese día


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lunes, 18 de junio de 2012

BESO


Quisiera que con tus besos
recogieras mis pestañas,
juntaras mis horizontes
y colmaras pronto mi alma...

Quisiera que con tus besos
anunciaran las campanas
todo lo que me querías;
repiques de amor y calma...

Quisiera que con tus besos
me hablaras de cosas vanas,
que dijeras que me adoras
y que de lejos me extrañas...

Quisiera que con tus besos
abrieras ya mis entrañas
y extrajeras tus amores,
los que eternamente ansiaba....

Quisiera que con tus besos
mis pechos de ardor calmaras,
y naciera entre mis brazos
el sol en la madrugada....

Quisiera que con tus besos
mis labios acariciaras,
y luciera el firmamento
alrededor de una cama...

Quisiera que con tus besos
por entero descarnaras
mi soledad y tristezas,
los odios, las amenazas...

Quisiera que con tus besos
viera claridad y el tantra,
que la noche se perdiera
y permaneciera el alba...

Quisiera que hoy, con tus besos
susurraras que me amabas
hasta perder el sentido,
hasta rebasar la nada...

¡Quisiera que con tus labios...
amor mío, me besaras...!

Ángeles Sánchez Gandarillas 6-VI-2012

viernes, 15 de junio de 2012

Miguel Soño...

CAPÍTULO III

La posada tiene unas portaladas sujetadas por fuertes cabrios, en el tiempo invernal sirven para que los dos amiguitos jueguen. Ambos se creen defensores de damas secuestradas o perjudicadas en su honor. Cabalgan en sendas cabezas de caballos de madera que se alargan en un listón, colocan sus piernas a cada lado y tiran de unas bridas confeccionadas con los cordones de sus botas. Las espadas de palo están aseguradas en su cruz con clavos y, los niños sienten que es un mandoble pesado cuando los cogen a dos manos. Rematan el atuendo con escudos de tensado cuero, cosido en los extremos de palos con forma redondeada, los pintaron con colores de los restos de tintes que tiraban entre las piedras de teñir la lana los sastres y tapiceros.

El tejado de la posada estaba fortalecido y protegido con las tejas soportadas sobre las vigas y tablones muy juntos; protegen de las inclemencias del tiempo con hierba seca prensada. Pasa la chimenea a través de algunos aposentos principales, caldeándolos en invierno. Todas las habitaciones, según dice el mesonero, son “decentes”, pues, pone ropa limpia cada vez que llega un nuevo cliente, una silla, un baúl para guardar pertenencias y armas; al lado del lecho un orinal de arcilla, última novedad en el reino. El desván, queda encima de los cuartos, almacenando para los inviernos el trigo comprado en Palencia, con él, hacían harina en dos molinos que estaban en la corriente del canal del Peral, y se movían gracias al subir y bajar de las mareas. Guardan allí también, limones de Novallo (Novales), manzanas para el invierno, guindas y uvas secas, legumbres como los chícharos, habas y lentejas; frutos secos, entre los que se encuentran unas castañas grandes y harinosas para hacer purés para las carnes rojas de la caza comprada a los halconeros, tramperos y cazadores de arco y ballesta.

Se nutren de pescados frescos, “tolinas” (calderones) y “arguajes” (orcas). Algunas de ellas quedaban varadas en la playona de la ría, otras eran pescadas por los integrantes de aquellas chalupas o pinazas, dispuestas para los diferentes oficios pesqueros. Los menos pudientes, criados, escuderos, aprendices y juglares, cuecen mariscos, cámbaros, muergos y almejas. La mayoría de estos alimentos están almacenados en la bodega que hizo excavar su padre para refugiarlos del calor. Aíslan de las altas temperaturas los salazones de pescado y de cerdo, con la sal de Cabezón, (ese nombre procede de una medida romana para ese condimento y que dio nombre a esa localidad), en ella también airea unos días los conejos y liebres recién matados, fuera del alcance de moscas de la carne u otros insectos, evitando la puesta de huevos y salida posterior de los gusanos en esas viandas.
Su padre le enseñó a cuidar bien los alimentos.

Los grandes corzos y venados colgados en el reposo de una gran viga, subidos gracias a una cuerda pasada por una polea, asustaban a Miguel y Tomás cuando bajaban a untar a escondidas, su rodaja de pan en la miel de las vasijas de barro.

Descansan al fresco la leche y las mantequillas. Las masas del pan en reposo se hornean una vez cada 15 días, y en ocasiones de mucho trabajo son las panaderas del lugar quienes se lo venden. Miguel iba a buscarlo en un cesto grande, tanto que casi lo arrastraba en el camino.

Están las barricas de los vinos de las vides de la zona de Prellezo, frescos, olorosos y rosados. Los tintos de la zona interior cabezonense o de “Pautes” (Potes), de uva negra y gorda, ciertamente densos, y algunos, reposados en vasijas de barro, los convertían en dulces. Buenas uvas de aquellos pequeños campos, protegidos de los aires dañinos del mar y regados por arroyos cercanos.

Consiguen brandy en un tonel de roble muy viejo, según las enseñanzas de un holandés que arribó enrolado en una chalana. La forma de obtenerlo es mezclando frutas y pulpas de uva, pieles y semillas fermentadas. Dicho licor fue probado por Miguel una vez que bajó a los sótanos por unas hogazas de pan. Sintió que ardía su garganta, y pensó verse convertido en un dragón debido al fuego que llenó su boca por tomar aquella bebida prohibida de muy alta graduación. Subió con la cabeza baja y sintiendo que sus pies estaban combados. Apenas podía hablar y su cuerpo, aún tenía el color enrojecido por los espasmos y toses del ardor de aquel líquido infernal, además de encontrarse mareado. Ya no quería ser marinero, ni beber aquella pócima que ellos se llevan al coleto, no parecía afectarles, porque no hacían ni un gesto.

Miguel conversaba con los escuderos y aprendices que llegaban de lejos. Benigno pensaba que su hijo cada vez tenía la cabeza más llena de fantasías, soñaba despierto y dormido. Más de una noche lo encontró sudoroso diciendo: “Por Dios que morirás por traicionar a mi rey”, “Levad anclas, capitán, vamos a liberar Sevilla”, “He sido nombrado caballero, por tanto, mi espada llevará el nombre de Toleda”.

El padre tenía cierta preocupación por el muchacho, debiera pensar más en sus libros de estudio, pues buenos maravedíes le costaba el monje que le enseñaba; parecía tener la cabeza dura y pocas ganas de trabajar en la posada.

Pero Miguel era buen estudiante, con tan solo un repaso conseguía buenos resultados, y aquel fraile eremita que vivía en el retiro en aquella cueva estaba contento con sus progresos.

CONTINUARA..
                                                            
Textos, Ángeles Sánchez Gandarillas  
Ilustraciones, J. Ramón Lengomín
Noviembre, 2010
CAPITULO IV


lunes, 11 de junio de 2012

domingo, 10 de junio de 2012

Día de la Gaita

En Unquera se ha celebrado el día de la Gaita 
Empezó sobre las doce y cuarto del medio día, con un desfile espectacular donde se podían disfrutar de la música folk, y la mayoría de los grupos iban ataviados con los trajes regionales de distintos puntos de Cantabria. Luego fue seguido de actuaciones donde la gente sonreía al disfrutar de un viaje al pasado, de una música y unas ropas tradicionales,. con ondas raíces.
La noticia es que en tan nutrido grupo, encontrábamos a nuestros vecinos, tocando la gaita, pandereta... y luciendo dos trajes, el de montañeses y dos de nuestras chicas el marinero de gala. Ademas de guapísimos destacar, sus caras de alegría, que transmitían el disfrutar de la jornada que para ellos comenzaba con ese desfile.
Una persona me dijo "es un gusto, los que estamos metidos en este mundo, nos conocemos casi todos, y en concreto siempre nos daba pena que en San Vicente hubiese ese vacío, así es que estamos contentos por la gente que se ha animado" Me sentí orgullosa, más si cabe, por el esfuerzos de nuestra gente, apenas llevan tiempo, ya son considerados.
Pedro González Revuelta, quedo tercero en el concurso de gaita ayer domingo, acompañado por su profesor Mario Torre, todo un merito a reconocer pues, Pedrito empezó en la Escuela de Folclore de San Vicente con flauta, a mediados de octubre, fue en diciembre cuando comenzó por primera vez a tocar la gaita.
  En tan poco espacio de tiempo, 
¡promete ser un gran Gaitero!.


viernes, 8 de junio de 2012

Segundo Jueves Solidario

Ayer tarde se celebro el segundo "Jueves Solidario"
Comenzó la tarde con alegría y motivación, colocando los carteles e información sobre el objetivo a llevar a cabo, "ayudar a ayudar" y así solidarizarnos con los necesitados
Las chicas encargadas del comercio justo, terminaron de colocar sus productos con estilo y simpatía, pidiendo cambio a tiempo, por eso de "mujer prevenida vale por diez"
P. Rosendo,
explicando el objetivo de la ONG
Poco a poco fue llegando gente, y entre consumición y pincho, el padre Rosendo nos esplicaba la causa que alli nos reunia a todos.
Disfrutamos de la compañia de amigos y vecinos, que sonreian con el saber que estaban realizando una buena labor. 
El momento simpatico, llega con los bingos. Todos nos reimos con la forma tan peculiar que tiene Lolo de cantarlos, que esta vez conto con un pequeño ayudante, personita que aprendia con gran rapidez las letanias que nuestro Lolin le enseñaba, llevandonos a todos a una sonrisa continua.
Pero no solo los niños aprenden rapido, destacar como Paloma se movia tras la barra, torpe al principio sin el saber de la practica, pero hábil y segura al final de la jornada.

Una vez más agradecer a los comercios que participaron altruistamente, con regalos que luego se entregaron en los premios de los juegos
Simpático ayudante
Stilettos (Isabel Santovenia)
Parafarmacia (Rosario Mur)
Farmacia (Rocio y Jorge Mur)
Productos Típicos Yoli (Yoli y Miguel)
Instalaciones Lito (lito y Sonia)
Modas Nuria (Fran y familia)
y  lotes de Comercio Justo.
Así llegamos a las diez de la noche, hora de clausura, con el último bingo que casi no se juega por falta de cartones, pero Javi, atento y rápido soluciono el problema en un abrir y cerrar de ojos. Gesto que agradecieron los presentes que se vieron quedar sin postre tras un agradable banquete.
Una vez más demostramos que la unión hace fuerza y la unión nos hace felices porque hemos aprendido que juntos podemos cambiar la vida de una persona necesitada

Cuando ayudamos nos sentimos mejor




Miguel Soño...


CAPÍTULO II
Desde el momento de la concesión en 1210 -fue este el último fuero de la costa cántabra perteneciente a Castilla- el padre del hoy dueño de la fonda, Eustaquio, previendo la llegada de todo tipo de personas, oficiales o maestros de diferentes oficios, mercaderes, marinos, soldados, además de estibadores, peones y picapedreros, decidió agrandarla y multiplicar su espacio por siete.
Consiguió el dinero gracias a un préstamo del Señor de Caviedes, que estaba en la categoría social de “omes ruanos”, a la sazón Regidor del Concejo. Contrató a Pablo, un cantero con oficio que acogió cuando enfermó, a la espera de sanar sus úlceras y escrófulas tuberculosas, según la sapiencia del médico árabe Averroes, traída por un curandero o médico que peregrinaba a Santiago. Le alimentó, compró el alcohol para la limpieza de las heridas y ungüentos varios que los médicos y sanitarios del hospital le proporcionaban en las visitas a domicilio.
Curado este maestro, firmaron contrato quedando en un determinado precio y tiempo. Comenzó el trabajo con un total de veinte ayudantes y varios aprendices, encargados estos de conseguir agua del pozo, pues estaba la posada cerca del hospital de La Misericordia. Ayudaban a lavar las ropas de los trabajadores, calentaban y traían sus comidas, limpiaban con agua y curaban las heridas con emplastes de plantas, de cortes causados por las piedras, cinceles o mazas, con emplastes de plantas. Se encargaban de cepillar y alimentar a todos los animales que se necesitaban para tirar de carromatos o para el levantamiento por medio de grúas con poleas y cuerdas, de piedras, maderas en los astilleros o grandes cargas de comestibles en los traslados.
Estos muchachos aprendían el oficio y, hasta entonces dependiendo, de su inteligencia o habilidad, daban en ser maestros u oficiales de otros o simples obreros experimentados. Sin querer, fueron parte y puntal de aquellos cientos de trabajadores que bajo las órdenes de maestros constructores o artesanos, construyeron todas aquellas fortificaciones, moradas, palacetes, barcos e iglesias, durante los más de 200 años que tardó todo aquello en ser realidad. Mucho auguró el abuelo de Miguel y acertó.
Los carreteros traían roble de los montes cercanos, talados y desramados, y piedras de las canteras cercanas de Hortigal, o Gándara, (Gandarilla), llegando hasta los carpinteros del amurallado recinto, donde por medio de sierras de arco, serruchos gigantescos, azuelas, escoplos o berbiquíes, daban la forma necesaria para cada una de las necesidades. Los tablones de maderas menos refinadas servían para hacer los andamiajes y topes de las piedras que habían de ser puestas en equilibrio sobre puertas u ojos de puentes, ventanas, ábsides o cruceros. Los residuos de este trabajo en las carpinterías se utilizaban para las hogueras, yares, lumbres para calentar brea o hierros que se doblegaban con el calor, ante las manos fuertes de los herreros o incluso, las artísticas de plateros u orfebres.
Las tejas de la posada llegaban de Cabuérniga a través de las calzadas de Los Moros y Los Tojos. A veces dejaban la carga en la rivera del río Escudo y se trasladaba en gabarras hasta la parte de los arrabales y huertas, donde se portaba primero a hombros y después en carros hasta las obras o talleres. Se ahorraron muchos días y dineros en el traslado, a pesar del naufragio de la primera gabarra. Volcó por la fuerza de la riada a causa de las lluvias, hasta el punto que no se pudo recuperar casi nada pues se extendieron, rompieron y enterraron entre barro, trozos arrancados de árboles y piedras que arrastró la fuerte avenida fluvial. Los trabajos hubieron de hacerse con prontitud, pues todos ellos serían contratados, según órdenes del rey, para la construcción de las nuevas infraestructuras.
Se mejoró con algunas novedades el diseño de esta posada, sobre todo en la despensa. Forraron el suelo con lascas de piedras en forma de loseta, tal como maese Pablo había visto de aprendiz en el palacete del navarro don Diego López “El Bueno”. Por debajo de ellas recorrían tubos de gran grosor, donde eran eliminadas desde la cocina, las aguas y otros elementos, gracias a un milimétrico desnivel que los hacía transitar sin retenciones, hacia un desagüe inclinado por la ladera natural que llegaba a la ría, en lugar alejado de trabajos y habitantes para no importunar. Vio ese procedimiento en el antiguo acueducto, ahora en reparación por la caída de un roble viejo, que traía el agua desde Fuenlareina, en la zona de las porquerizas de Entramborríos.
La antigua posada de los “Migueletes” se dejó para cuadra y almacén de mercaderes, caballeros, soldados o maestros; el desván cubierto de hierba seca y mantas, para criados, aprendices, escuderos y guardianes. Se conservó la puerta grande de roble de más de 10 centímetros de grosor, con aldaba en forma de maza, cuatro bisagras y cerradura con llave de casi medio kilogramo. La madera barnizada con la resina natural de los pinos de Soria (Medinaceli), que da olor y protege del tiempo aquel roble indestructible.
Se cerró la entrada con puerta de cuarterón con barras de hierro para la necesaria ventilación de las caballerizas y así evitar el ahogo de los durmientes del pajar. Según dijo el padre, el olor era nauseabundo, por ello dejó ese abertal. La parte de arriba decidió cerrarla para que los que allí yacían, no se ahogaran, aun así les afectaba. 
La nueva edificación de dos pisos, con fuertes y aislantes muros, cuenta ahora la parte más saludable y entrada al sur -como prácticamente todas las viviendas, palacetes e incluso templos-, con ventanas algo más grandes que en la zona norte que da a la ría del Peral. Estas son casi troneras evitando así el frío en las habitaciones, en previsión también de escaramuzas, ataques o para proteger simplemente de los ladrones nocturnos. En esa parte trasera estaban los varaderos en la arena, desembarcos, amarraderos y los astilleros. Los ayudantes de los calafates, pernoctaban en chozas, al lado mismo de sus trabajos...

CONTINUARA...

Textos, Ángeles Sánchez Gandarillas
Ilustraciones, J. Ramón Lengomín
Noviembre, 2010
CAPITULO III

jueves, 7 de junio de 2012

Hoy es un día solidario en San Vicente

Hoy Jueves Nuestros chicos,   Javi Lolo han emprendido una tarea solidaria
Hace ya un tiempo se les ocurrió una idea altruista y se pusieron en contacto con dos ONG para proponerles hacer "El Jueves Solidario"
Su idea consistía en  utilizar su día de descanso y su negocio, para recaudar dinero y así ayudar a gente necesitada, por medio de estas dos ONG.
Hoy se llevara a cabo el segundo "Jueves Solidario" de un total de tres.
El Horario es  de seis de la tarde a diez de la noche.
Todo lo que se recaude con las consumiciones, sera donado íntegramente. 
Ademas para que sea más divertida la iniciativa y se convierta en una tarde más amena, se organizaran varios Bingos Solidarios. El cartón costara 50 cm

Haz tu consumición mientras Juegas un Bingo y tu aportación se convertirá en una sonrisa que iluminara el corazón de una persona necesitada.
¡¡Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros los necesitados!!

CITA:  
A las 6:00 en el Sherezade y si no puedes llegar a tiempo te esperamos hasta las 10:00.


¡¡ No nos faltéis compañerines, ya veras que bien nos lo pasamos a la vez que ayudamos !!  Lolo







Primer Jueves solidario: Recaudación : 547,40 €


PRIMERA COMUNIÓN

Dedicado a las Catequistas

Se han cumplido ya tres años
en que fueron preparados
en la Historia que es Sagrada,
con las vidas ejemplares
de los rezos y enseñanzas
emanados y nacidos de la Iglesia,
de un domingo a otro domingo
y del cielo hasta la tierra,
este grupo de chiquillos.

Eran niños, más no importa,
aprendieron de esos rezos,
y también del catecismo.
Catequistas que entregaron
esa opción, la de la Iglesia.

Comunión es el encuentro
entre Dios y aquellos niños,
recibieron ese pan que ya mostraba
el sacerdote, y sacaba del Sagrario
donde estaba el Sacramento,
que él consagra y luego corta,
y comparte aquella sangre
que era vino:
Comunión de los cristianos.

Una misa de pureza e inocencia
en las flores que portaban,
las ofrendas y las velas
que encendieron con las llamas del Amor
respondiendo todos juntos, ¡Sí creemos!...

Y él preste preguntaba a los infantes,
y a coro contestaban.
¡Que pretenden a Jesús para sus almas!
Y consulta a aquellos padres
que responden muy dispuestos:
Recibieron el Bautismo
y esperamos esta apuesta y Sacramento
el de hacer las Comuniones
y, que sea nuestra fiesta.
Y se lee el libro Sagrado,
Evangelios, Homilías,
y resuenan los “Oremos”
y su respuesta: Conservar el compromiso
renovando las creencias...

Y pasean los pequeños con las velas,
con las cestas de las flores
y también, los catecismos,
que es anuncio de alegría
en la fiesta del cristiano,
que enaltece a cada hombre
y ofrece el Amor de lo infinito,
y rezaron: Padrenuestro...

“Y se vio a las catequistas
en la fe y tan orgullosas
del desfile de chiquillos
obedientes y devotos".

Y los fieles se entregaron a la Paz
que extendía la energía por el Templo
además de las sonrisas,
estrechándose las manos.

Y comienzan a tomarse
las Primeras Comuniones,
ese Pan, que consagrado,
se acompaña hoy del Vino...

Acabada ya la Misa,
se entregaron los diplomas,
mil y un fotos y las velas
los amigos, los abrazos
y alguna enhorabuena.

Satisfechos, todos juntos
catequistas, los padrinos y los padres,
las monjitas, sacerdotes,
monaguillos y cantores,
que despiden este día de
Primeras Comuniones.

Ángeles Sánchez Gandarillas
20-V’2012

miércoles, 6 de junio de 2012

Acto de Clausura "Mujeres Creativas"

Durante el fin de semana hemos podido disfrutar de el trabajo realizado en la actividad de Mujeres Creativas. Más de 50 muñecas, además de otros trabajos en goma eva, boas a mano, vainicas, ochos, broches.....etc.
Ya son dos años y cada año nuevos proyectos...
Un grupo de mujeres alegres y simpáticas que contagian alegría y energía a raudales, que en "su" momento cara a la galería, ése el de la foto, deseaban que se uniera todo el que estaba participando de su fiesta de clausura.
Enhorabuena por vuestro trabajo y por las muñecas personalizadas, porque sinceramente eran fantásticas.