Alberto Gorrochategui, al piano, y Carlos Popper, con su violoncelo, dieron ayer martes toda una lección de profesionalidad preparando el concierto del Festival Internacional de Santander (FIS), que estaba programado para San Vicente de la Barquera, en tan sólo una mañana.
Estos dos músicos pertenecen al Trío Gombau, pero la indisposición del violinista Carlos Benito hizo necesario cambiar el programa del concierto, preparado para un trío, y transformarlo para un dúo.
La actuación de Gorrochategui y Popper cautivó al centenar de melómanos que se reunieron en la iglesia de Santa María de los Ángeles. El improvisado dúo fue muy ovacionado, y fue necesario un bis para despedirse del público.
El programa inicial estaba previsto con obras de Fernández Arbós, Dúo Vital y Granados, con la intención de homenajear al músico cántabro que definió toda una generación.
Gorrochategui y Popper iniciaron el concierto con ‘Elegía’, de Gabriel Fauré (1845-1924); ‘Polonesa de concierto Opus 4’, de David Popper (1843-1913), considerado como uno de los mejores violoncelistas de todos los tiempos; y ‘Kol Nidrei’, de Max Bruch (1838-1920), una pieza cantábile que fue muy bien acogida, y que se basa en dos melodías judías, una de la oración Kol Nidre, que se recita durante el servicio nocturno en Yom Kipur. El segundo tema es citado en la sección media del arreglo de Isaac Nathan de ‘O Weep for Those that Wept on Babel's Stream’, una letra que fue encerrada por Lord Byron en su colección de melodías de hebreo.
El final del improvisado programa tuvo un carácter muy español, con ‘Requiebros’, de Gaspar Cassadó (1897-1966) y ‘Suite española’, de Joaquín Nin (1879-1949), con sus desinencias dramáticas que tanto recuerdan al Falla más profundo.
El programa se cerró con el ‘Gran Tango’ de Astor Piazzolla, el músico de Mar de Plata, innovador del tango, en lo que él denominó «música contemporánea de Buenos Aires».
Agustin Laguna
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