Foto : Alfredo Rodríguez.
Iglesia Mayor, San Vte. de la Bra.
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allá en lo alto es más lucero
porque busca una leyenda.
Y halló entre todas las piedras,
el corazón de un vecino
que amaba a una sirena,
y ella… adoraba al marino.
“Vio la luna en las murallas
de eternas puertas abiertas,
al pescador en su barca
y a su sílfide despierta.
Mientras de esposa ejercía,
el mozo en la mar naufraga;
penaba la sirenita
y su viudez se hizo daga.
Ay luna, lunita, luna,
a flote y con la marea,
y el pedregal que se enluta
por un amor de odisea”.
La luna no se consuela
al saber de los rincones
donde nació una leyenda
al morir dos corazones.
Y en plenilunio calienta
Piedras Negras en la playa,
la luna suelda dos peñas
de un amor que allí se encalla…
Y halló entre todas las piedras,
el corazón de un vecino
que amaba a una sirena,
y ella… adoraba al marino.
“Vio la luna en las murallas
de eternas puertas abiertas,
al pescador en su barca
y a su sílfide despierta.
Mientras de esposa ejercía,
el mozo en la mar naufraga;
penaba la sirenita
y su viudez se hizo daga.
Ay luna, lunita, luna,
a flote y con la marea,
y el pedregal que se enluta
por un amor de odisea”.
La luna no se consuela
al saber de los rincones
donde nació una leyenda
al morir dos corazones.
Y en plenilunio calienta
Piedras Negras en la playa,
la luna suelda dos peñas
de un amor que allí se encalla…
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
25-VIII-2013
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