Quedaremos mañana
en la mesa de al
lado,
y será un buen
café
con canela y azúcar,
de sonrisa en
silencio
y mirada entre vahos.
Tomaré con mis manos
la taza
con un tacto a
caricia
del calor al amigo,
y al tomarte la mano,
sentiré tu ternura
en el asa de concha…
El contacto templado
de mi boca a la taza
es un beso infinito,
y yo siento un abrazo
cuando gozo el
café
al pasar por mi boca.
Tomaré mi café
si te vienes conmigo.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
20-V-2013
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