lunes, 25 de mayo de 2020

By Lies

V A I V É N

Te diría que te adoro
y me delato en anhelos
de mi vista a tu mirar;
¡me haces sentir en el cielo…! 

Te tengo siempre presente
sufriendo si no te rozo,
formándose en mis adentros
niebla en lágrima sin ojos
luchando por olvidarte
en la razón de los locos. 

Ay…, de morirme, quisiera
ser el pitillo encendido
en los dedos de tu mano
eternamente prohibidos…

Si me acerco, ya perezco,
si me alejo..., muero más
y en sueños te veo y toco
y no te debo de tocar;
“dame ese amor, ¡oh Dios mío!
y el poder de enamorar”.

Me rozas en cruel señuelo 
lo mismo si hay claridad
o en la niebla, ¡qué suplicio!

Y yo…, me dejo acariciar.

Viviría sin tu antojo
si la cordura tuviera
y eso frena que me aleje,
y eso mismo…, es mi condena.
Yo te querría apartar
mas, me consumo en quimeras.

 ©Ángeles Sánchez Gandarillas

Poema ilustrado por José Ramón Lengomín. 
Editado en los Pliegos poéticos o de cordel, La Horadada III, Poemas sin fronteras, Poetas cántabros.

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