TAMBORES DE GUERRA
Las gotas de lluvia desbordan
sus propios charcos
con un parasol de agua
que oscurece la tarde.
Siento en mi sillón
el desanimo, el sueño,
y e aguacero
me acompaña con su nana;
el fuego crepitante
pone música de fondo…
Entrecierro los ojos
mientras la calle y mi alma
se enlodan de congoja...
El gotear inacabable y la tormenta
se unen a mi tormento de ausencias…
Son tambores de guerra
con descargas
y pasos perdidos,
una gota obstinada del canalón
late conmigo:
¡tú, tú, tú...!
Quizá vuelvas mañana.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
20-X-2014
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