El domingo día 8 de julio, asistimos vestidos con los trajes típicos y cargados con los instrumentos musicales de folclore, a la festividad de San Lázaro, en Abaño. Llegamos a este lugar acogedor, por una carretera de segadas orillas y siguiendo el río Escudo; está rodeado por las marismas de Rubín, las montañas que dibujan en su orografía, el ferrocarril de vía estrecha y la autovía, la casona y el Lazareto medio en ruinas del siglo XII, y en ese mismo alto, la cercana Acebosa. Esta justo en medio de los municipios de San Vicente y Valdáliga. Es un paisaje silencioso y natural, con una flora y fauna digna de ser admirada.
Sus relajados habitantes estaban ya entrando a la misa mayor cuando
llegamos con nuestros pertrechos.
Silenciosos, seguimos la Eucaristía en el exterior del templo, escuchando
con deleite las voces de nuestra Coral Barquera, que como cada año, intenta
acompañar en todas las fiestas de este Ayuntamiento, además de participar en
concursos, certámenes y festivales de otras provincias. Un trabajo encomiable
que merece, desde estas líneas, un agradecido aplauso.
A la finalización de la misa, sacaron al exterior a San Lázaro, una imagen
de aproximadamente, un metro de altura; sus ojos causan admiración por su
expresividad. Cuando el templo se abrió al culto, fue construido en 1.959,
algunos habitantes de esta pedanía, donaron todas las imágenes que representan
a los santos.
Nuestro grupo, bajo la indicación de los componentes de la comisión de
fiestas, acompañamos al Patrón hasta la plaza del pueblo. Desde allí, subimos
al templete y comenzaron los sones del folclore en honor y presencia del Patrón
de Abaño, las autoridades y vecinos.
Los componentes de la Escuela Municipal de Folclore, acometió con énfasis
su labor de recordar estas prácticas ancestrales; hicieron un recorrido musical
con cinco instrumentos, gaita, pandereta, dulzaina, tambor y grupo de voces,
ante un público que admiraba semejante exhibición, que se refugiaban de la
solana, disfrutando del refrigerio y la correspondiente bebida, mientras,
observaban las variadas vestimentas y estilos musicales, admirando a los cuatro
jovencitos que ejercían con gusto esa actividad y la habilidad de todos los
componentes.
Bajamos a la plaza después de pasada la hora y media de actuación, nos
recibieron con un aplauso. Nosotros seguimos hablando de nuestro cometido de
retomar lo ancestral, aquello que fue nuestro origen, que hacemos llegar por
medio de la música, ropajes y bailes; las jotas fueron interpretadas por una
pareja de pejinas de gala.
La comisión de fiestas había preparado un tentempié para los ciclistas de
la prueba de MTB, coral y grupo folclórico, que satisfizo la sed y calmo el
apetito. Además, la comisión convidó a vecinos y visitantes con unas tapas en
su bar.
Fueron tres días de actividades y fiesta, un ambicioso cartel para un
pequeño pueblo, aunque, son gente muy activa. Comenzaron el viernes, un día
deslucido por las intensas lluvias, se compensó en los dos días
siguientes con las previstas y múltiples actividades.
Agradecemos al pueblo de Abaño y los componentes de su comisión de
fiestas, que demandaran nuestra presencia. Nos agrada mostrar lo que ha llegado
por medio de la tradición oral, las vestimentas e instrumentos musicales. El
orgullo de nuestros orígenes.
Ángeles Sánchez Gandarillas
8-VII-2012
que envidia, como me gustaria poder bailar y tocar la pandereta
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