Homenaje a: ROSAURA

El homenaje de este mes os sorprenderá porque la persona homenajeada hace mucho que nos falta. La Mayoría no sabrá de su existencia, pero aún si preguntáis a los mayores de vuestra casa seguro que os hablaran de ella

Yo soy una de sus  bisnietas y he crecido oyendo su nombre cada día de mi vida. Mi abuelo Jesús (su hijo) me contaba con devoción como era mi bisabuela y luego a mi padre que  la adoraba. No fue lo que escuche, pues era pequeña y solo tengo retazos, lo que realmente hizo que ella creciera en mi corazón, fue la intensidad y  el brillo en los ojos de las personas que hablaban de ella. Aun hoy me sorprende encontrarme gente ajena a la familia hablando de Rosaura la partera, como si fuera ayer.

Estaba tomando un café en la barra de la Carma y en una mesa unas mujeres del pueblo hablaban de sus cosas, yo estaba a lo mío, hablando con quien fuera, pues ahora no lo recuerdo, y escuche a una de ellas pronunciar mi nombre, como es normal me gire y estaban enfrascadas en la conversación ajenas a mí, lo siguiente que dijo una de ellas fue, “si home si, Rosaura, que buena era por dios, ave maría, siempre tenía galletas pa tos los críos del pueblu” os podéis imaginar que me invadió un orgullo absoluto, una emoción incontenida hizo que brotaran unas lagrimas que en su momento me causaron vergüenza y que oculte rápidamente. Nunca había reparado en esa mujer, aunque la he visto toda la vida, pero desde entonces cada vez que la veo me surge una sonrisa, desde luego ella no lo sabe ni siquiera me conoce, pero hoy la doy las gracias por sus palabras y porque planto en mi la semilla de querer hacer un homenaje a esa mujerina de la que desciendo y que me gustaría parecerme.

Rosaura Ruiz Noriega nació en Boquerizo a 20 km.de nuestra Villa, hija de Manuel Ruiz Noriega y Felisa Noriega Borbolla y tenia una sola hermana.

Llego a San Vicente como muchas jóvenes de entonces, a servir y conoció a Serapio García, un pejin viudo con una hija (Asunción) Se casaron y fruto de este matrimonio tubo siete hijos, Ángeles, Luis, Julio, José, Jesús, Vicente y Manolo. Además crió a dos nietos, uno de ellos Jesús, es quien a ayudo a componer este homenaje. Además cuido de su suegra que era ciega.

Su marido Serapio era pescador, salían a la mar en traineras. Debido a un naufragio dejo la mar y se dedico a pasar a gente a la playa

Llevando ella la carga económica de la casa. Trabajaba de Comadrona y curandera, arreglando huesos…y todo lo que ello conllevaba, no cobraba por sus servicios, pero quien podía la pagaba con 25 pesetas o bien la agradecían sus servicios en especies, como una gallina, y otros como no podían, pues nada.

Vivían junto al castillo, debajo de casa estaba la cuadra donde tenían además de una vaca, gallinas  y los animales domésticos típicos de una casa de pueblo, un caballo con carro donde ella salía a vender pescado en cestos. Además le utilizaba para salir a las aldeas para atender las urgencias o cuando la llamaban. A veces era la familia que la venia a buscar en sus propios vehículos.

Valdecilla quiso darle el título de comadrona, y ella no quiso porque apenas sabía escribir.

Acompaño a Valdecilla a una señora a dar a Luz, el parto fue difícil, y cuando nació el bebe el médico lo aparto a un lado dándolo por muerto para ayudar a la madre y no perderla a ella también en el parto. Entonces ella le dijo literalmente al médico “ Dr. Lo siento mucho pero hay madre y niño” cogió al bebe por la pierna le esmengo y rompió a llorar.

El Doctor Don Gregorio Ceballos, quedo impresionado y quiso que se la diera el titulo de comadrona expedido por Valdecilla.

Fue una mujer muy conocida por su habilidad y venían de muchos lados a dar a luz con ella, Una señora de Madrid, con varios hijos, venia al finalizar cada uno de sus  embarazos para que ella la atendiera.

Cuando se hizo mayor lo dejo, y vino otra comadrona titulada. Pero años después atendió el último parto de su nuera María, trayendo al mundo a su nieto Pedro.

Todos los niños que ella traía al mundo, tenía la costumbre de llevarlos el día del bautizo a la iglesia y era ella quien en la puerta lo entregaba a la madrina o padrino.

Cuentan que era una mujer muy buena, que los niños del pueblo subían a su casa a beber agua y les daba dos galletas.

Murió muy mayor, rodeada de una familia muy grande y fue tanto el amor que repartió en su vida que aun hoy después de tanto tiempo la gente la recuerda

 NIETO: Jesús García Holgado

BISNIETA: Rosaura García Valles