lunes, 10 de junio de 2013

NOBLEZA.

El Viernes, 8 de junio de 2013, ha sido clausurado el segundo curso de la Escuela de Folclore de San Vicente de la Barquera, acompañados por la Escuela de Val de San Vicente, en el Auditorio Municipal.

Compartieron esta clausura con el grupo de Val de San Vicente. Los alumnos son, aproximadamente, 35 alumnos, una mayoría de ellos asisten a diferentes materias. Sus edades oscilan entre los 6 y los 68 años, y proceden de Puente nansa y Camijanes. Fueron 11 actuaciones en total con más de 35 piezas, donde quedó demostrado que los alumnos más jóvenes, con tan solo 7 meses de trabajo, han evolucionado por encima de cualquier expectativa.

Comenzaron la actuación los invitados de la Escuela de Val de San Vicente con los tamboriteros y gaiteros, que dos actuaciones más tarde, repitieron con las pandereteras y sus canciones, añadir que vinieron sin monitores, y que aún así, demostraron su buen hacer. Los aplausos fueron merecidos; se agradeció su compañía y colaboración.

Nuestros chicos y chicas, hicieron un papel espléndido. Los monitores llevaban el ritmo con los pies, con el aire de sus brazos y manos e hicieron que esa emoción y ese disfrute en este menester folclórico, se expandiera por el Auditorio. Rabeles, dulzainas, panderetas, tambores, bombo, que por cierto dada la suavidad con que era tocado, parecía hacerlo solo, y las gaitas antecedieron a los bailes y a una de las voces voz más interesante que he escuchado últimamente.

Maderas y metales nobles, corales, estameña, seda, fieltro, piel, lino, algodón moreno, bordados, botones de nácar y metales, o confeccionados artesanalmente, valiosos hasta el infinito, duraderos, hermosos…, y por supuesto, las personas que aportaron, desde sus cuerdas vocales hasta el último músculo y sapiencia, y que hacen entrega de una lección ancestral de la historia que emana de los más sencillos pobladores. Muestran las fiestas, los trabajos, las costumbres, la religión y la sabiduría no estudiada, la que enseña la práctica del día a día y el conocimiento que adquirieron verbalmente. Nos redescubren términos del lenguaje que se van quedando en desuso y que son recuperados por escrito y en grabaciones. Hemos de intentar conservar nuestra cultura, sus vestimentas, las músicas y tradiciones, etc., enriquecerá nuestras vidas, porque de lo experimentado y aprendido por nuestros mayores se nutren las generaciones venideras y se protege la cultura.

Se podían admirar sus trajes vistosos, coloristas y diferentes entre sí, porque cada zona así lo requería por
su entorno o sus ocupaciones, los instrumentos musicales que llenaban de autenticidad este mundo de artificio con materiales nobles como el cerezo, boj, avellano, cedro; el fresno, roble, nogal, etc., que suenan a nana, a romanticismo y a silbos de duendes y a sirenas, a poemas cantados al amor de la lumbre o mientras se deshojaban las panojas, se esperaba a la molienda en el molinos, también en las siegas, los lavaderos y las despescas comunitarias.

Hablan y visten también, de las albarcas de fresno y tarugos de avellano y gracias a su amor por lo de antaño, podemos disfrutar el tacto a sedas que predisponen al mimo, las recias estameñas, el algodón y el lino en prendas interiores, bordados y calados, vainicas… Pieles, que envuelven el cuerpo o los tambores y panderetas, gaitas, etc., todo confeccionado a mano.

Coral, la plata en colgantes, aros y botones fajines y boinas, mantones que abrigan maternalmente, corpiños que abrazan senos voluptuosos, o chalecos que dibujan la musculación de los hombres, bailes y cantos con letras que hablan de estabilidad, de arraigo y costumbres, trabajo y de nobleza… Músicas que remueven los pies y el alma, y que llenaron el aire del Auditorio de emociones, y todo gracias a este grupo de alumnos y monitores de la Escuela de Folclore de San Vicente de la Barquera.

Ángeles Sánchez Gandarillas
8-VI-2013
FOTOS: Agustin Laguna

1 comentario:

  1. Gracias a los profesores, que sin duda han dedicado generosamente su tiempo sin mirar horarios, para que fuera posible que gente como yo, sin arte ninguno consigamos sacar unos toques y disfrutar con ello.
    Unu besin muy grande para ellos
    Ross

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