lunes, 5 de mayo de 2014

Virgen de la Barquera en su día de Folia

Ayer Nuestra Patrona nos regalo un hermoso día, para festejarla luciendo todo su esplendor

La banda de Cornetas y Tambores madrugaron para darnos el toque de diana y despertando nuestros corazones con la alegría de este día

A las diez y media de la mañana Picayos y Picayas salieron tras la Banda desde la Capilla de nuestra Señora y Madre la Virgen de la Barquera hacia la Iglesia, para celebrar la tradicional misa de honor, pasando como muestra de cariño y respeto ante la residencia de Ancianos, llevándoles de esta manera un cachito de fiesta a sus cansadas pero vivas almas Barquereñas.

FOTO: Foto Sanvicente
A las doce en punto los ministros de la Iglesia esperaban a la puerta para recibir a todo este nutrido grupo, que llego anunciado por el sonido de cornetas y tambores, tocados con una intensidad esplendida. Entraron a una Iglesia repleta de gente emocionada que les regalo una sonrisa de gratitud. 

Comenzó la misa y el poco espacio que quedaba fue llenado por las hermosas voces de la Coral Barquera que un año más nos sobrecogió de emoción. 

Fue una celebración preparada con esmero y bondad infinita que foráneos y Pejines disfrutaron, y cuando la banda rompió el silencio con la Marcha Real, todos los sentidos dieron un respingo, poniendo a uno el vello de punta.

FOTO : Agustin Laguna
Terminada la ceremonia, en la plaza del pueblo un grupo colorido por su atuendo antiguo les esperaba para deleitarnos con música y canciones de nuestras Raíces Cántabras. La escuela Municipal de Folclore acompañado de vecinos de la Villa, cantaron y bailaron para deleite de las gentes que disfrutan de sus tradiciones, cerrando la actuación con un pasacalles que llevo el sonido de estos instrumentos a cada rincón de nuestra hermosa Villa.

A las seis y media daba comienzo el ultimo acto, despidiendose nuestra señora un año mas de nuestra bella iglesia para dirigirse a su morada.

Salio Divina, engalanada con tanto cariño y esmero por las Camareras de su cofradía y luciendo unas flores escogidas con exquisita pulcritud.

FOTO : Agustin Laguna
Bajo miradas de admiración y emoción hacia su imagen, comenzó a bajar portada con su peculiar y airoso bamboleo que impregna mas si cabe la procesión de elegancia y atractivo. Hasta llegar a su siguiente parada, los grupos de Picayos se suceden en llevar las andas, sintiendo en el peso el honor que brindan a su patrona y   en sus corazones, que es ligera la tan deseada carga. 

Este año una parejuca de pejines con unos cuantos años a sus espaldas, nos recordaron una tradición olvidada para muchos, que ademas de bello, permite a sus fieles devotos ofrecerla una ofrenda de amor, y es echar pétalos de rosas a su paso desde las ventanas o balcones

Y así llego a su primera parada en la calle principal bajo una tímida pero llena de ilusión, lluvia de pétalos de distintos colores.

Las Picayas comenzaron a cantarla y el silencio respetuoso de cuantos las escuchaban, dejaron que sus voces se alzaran para engrandecer la ceremonia, cuando las panderetas se pararon en su alineación de saludo, una explosión de aplausos y pétalos llenaron el ambiente.

FOTO : Agustin Laguna
Con el Atraca Marinero, partió de nuevo la comitiva, para embarcar en el Justo Lecue que la esperaba para hacerla disfrutar de su paseo anual seguido de toda la flota activa y jubilada que compone nuestra Villa, porque a nuestra patrona, como me enseño mi abuelo, la portaremos en nuestros corazones hasta nuestro ultimo latir.

Con tristeza la dejamos en su entrañable casa entre cantares y lagrimas de emoción, con el saber que es bien cuidada por sus camareras y Cofradía en general, y la semana que viene a mas tardar, regresaremos en silencio y sin el clamor de las gentes, a ofrecerla una oración y allí entre ella y tu en esa sosegada soledad, la diremos lo Hermoso que nos pareció y otras nuestras cosas, que quedaran como siempre guardadas bajo una sonrisa de paz en nuestra alma, confortada bajo su mirada.


VIVA LA VIRGEN DE LA BARQUERA EL MUZUCU Y SU ACOMPAÑAMIENTO

¡ V I V A !
   
R.G.V.
Enlace FOTOS:

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Te di la mano
engarzando tus dedos en los míos
mientras seguíamos al grupo,
entre trompetas y tambores,
el compás de mis latidos.
La gente caminaba
y yo solo veía por tus ojos,
brillantes como el mar
y llenos de estrellitas
en un día soleado.
Te amaba,
y entre cohetes
te dije despacito
que eras mi locura,
que todo te entregaba
en esta fiesta de Folía.

Pasó en andas la bella imagen de la Virgen
sobre los marineros,
que podían parecer el mar
y puntillas de olas su casaca,
cubiertos con el peto,
al son de una estela
que encima del asfalto,
eran su resaca
los jardines de palmeras...

Las bellas “mozuquinas”,
vestían como ellos,
y lloraban de emoción
entre el sonido de sonajas,
de cintas azul y blanco,
que ante su Virgen,
colmaron una ofrenda
y el ensayo contenido de ese llanto,
junto a los miles de romeros
y devotos…

Las lágrimas rodaban dulcemente
al son de su plegaría
en bellas voces blancas,
acompañadas del contacto
de sus dedos en la badana.
Sonaba entre las gentes
el eco emocionado
de rezo de unas notas ancestrales,
al ruido incesante
de licencias fervorosas...

Y todos eran uno,
foráneos y locales,
a nadie le importaba ser sensible,
a nadie...
Y mientras las picayas
hincaban la rodilla
al suelo, por su Madre,
los chicos y chicas de la banda
se hicieron invisibles y silencio
y dejar paso a la Patrona
haciendo camino 
hasta su barco...


Los guardianes de la Virgen, los picayos,
vestidos de viento
y oleaje,
tomaron las andas
y en sus hombros,
los mares sobre tierra,
llevaron a embarcar a la Barquera
en el barco engalanado
y atestado de devotos,
para surcar los mares
y la ría,
por donde antaño
hizo la senda a su morada.

La acunaba el mar
y sobre ella,
se anclaban las nubes
y los vientos de nordeste…
Ya estaba a bordo con el manto azul
y su vestido blanco,
entre lazos y banderas,
los sonidos profundos y alargados
de sirenas
que estremecieron las carnes
y las almas…

Más de cincuenta embarcaciones
se mecen ante la Virgen
como bellas mariposas, sus cascos de colores,
en el aire que era mar,
que hacían creer que era un suspiro,
que hicieron anotar, siempre indeleble,
la ciencia del amor en los devotos,
la historia repetida cada año,
las olas que "saleaban" tripulantes
y romeros,
a bordo de los barcos que ululaban 
quebrando los silencios,
y un nudo marinero
de las entrañas...

Entonces, te dije muy cerca,
a tu oído,
que yo sería tuya para siempre,
que nada rompería mis amores,
que el cielo sería nuestro techo de ilusiones
que nada cambiaría entre tú y yo,
y quise ser tu mujer,
tan solo para ti
y para siempre…

Puse por testigo a la Barquera,
al cielo,
al mar de mis amores,
al viento incesante del nordeste
que peinaba los cabellos,
al sol que se escondía en tu silencio
y en el mío,
al aire del que vivo,
por y para ser de ti,
siempre Folía,
cada día del año...

El anillo que unió nuestra fortuna
quedó atado a la barquía de la Virgen,
lo puse al pasar bajo su manto,
en su camino de vuelta
al santuario,
mientras reverberaba la Salve marinera…

Sé que ella nos bendijo
y desde este instante,
en lugar de cariño,
te llamaré... FOLÍA.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
4-V-2014

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