ME
DEBES UN BAILE
I
Me cogí
de su cintura,
aun
sabiéndome a descaro,
y nos
llegamos al centro
con los
romeros bailando.
La
música era estridente,
y hacía
temblar mi mano
enlazada
con la suya
y
apoyada en su regazo.
Me
rodeó toda entera
y en el
baile di unos pasos.
II
Mi
pecho contra su pecho,
Y se me
escapaba el alma,
mis
nervios fueron silencio
y a mi
corazón atada
en
todos los sentimientos
porque
ardía y me quemaba.
Cada
paso era un delirio
su
mentón contra mi cara,
y los
latidos al ritmo
en su
amor de luna y nácar.
El
abrazo quise eterno
aunque
se esfumara el alma,
y me
perdía en los pasos
y fui
en su caricia llama
mientras
volaba una copla…
y en mi
suspiro su calma
oyendo
que me decía:
- Amor,
te quiero en mi casa.
No he
podido demostrarte
que fui
un amor a tu espalda,
que me
moría por verte
y que
soñé en tus pestañas…,
para
ser la mariposa
que a
tus manos se llegara
y el
aire que te lamía,
y el
agua de la fontana
donde
ponías los dedos
entre
los hilos del agua,
y
hubiera querido amarte
en tus
huellas y pisadas…
Te
quiero desde la escuela
desde
la flor, que en tu carta,
hice
aquel bello poema
y mi
sueño en ser tu almohada,
quise
entregarte la luna
en cada
noche y al alba
cuando
contaba las horas
por
quererte conquistada…
“Con
sorpresa he descubierto,
que también
a mi me amaba
en un
amor desde siempre,
que
tímido y sin palabras,
halló
en una historia muerta
el
renacer como gala
y en el
abrazo de un baile
a mi
amor sin antesala.”
Ángeles
Sánchez Gandarillas ©
29-X-2013
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