Estaban cobijados
bajo el manto de la luna
e iluminados por sus cálidos reflejos,
y los alegres corazones
llamaron a la puerta
de un amor apenas estrenado
y poco menos que prohibido.
Les decían que eran aún muy jóvenes,
y habían de estudiar
y hacerse adultos…
Mas ellos decidieron hacer de aquel amor
la única razón
y debían darse prisa
antes de que los separaran
en el curso siguiente.
Aquel amor iluminado por la luna
fue miedos y caricias,
fue esencia indescriptible,
fue piel y escalofrío
de besos y ternuras
y daños descosidos…
La noche siguió su camino
y el sol les vino a recibir
desnudos en la arena.
y vistieron sus encantos
de ser adolescente.
Buscaron la casa de los padres
de la mano
y un poco avergonzados…
La luna volvía cada noche
y los iluminaba, pero
ellos se habían separado.
“El olvido llegó a sus almas
y a otros corazones se abrazaron.”
Ahora la muchacha
exhibe un abultado vientre
soñando que la luna
se habría introducido
en su cuerpo aquella noche,
y acaricia la redondez
en su fase creciente.
Pasaron unos meses
y aquella luna llena pidió salir en una noche,
y la chica maduró
en un instante que la hizo madre
y en sus brazos tiene un niño
que cambiará su vida,
porque aquel amor bajo la luna
ya no existe, mas,
es ahora un precioso bebé
y ella es perfecto amor… y madre.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
8-XI-2013
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