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Ayer por la tarde, con un día lluvioso aunque, relativamente templado y sin viento, decidí visitar el nuevo aparcamiento de la Barquera. Una obra auspiciada exclusivamente por "Puertos de Cantabria".
A pesar de ser una mole gris y lisa, vista desde zona media de las escaleras de la subida al Castillo del Rey, tiene una cierta estética arcana pero, que agrada. Creo que es el único lugar donde se aprecie ese diseño de construcción si dañar demasiado, por su estética de modernidad, el entorno natural. Visto desde otros lugares altos de la Barquera, aparece como la estructura irregular de parte del casco de un barco.
Esta semana del puente de diciembre, ha sido abierto gratuitamente.
Estaban tomando a la entrada, datos de los coches y sus matriculas, dos agentes de seguridad; había también una trabajadora de la limpieza, ésta indicaba que en el futuro, se utilizarían medios mecanizados para ese cometido; todos uniformados y con las siglas de diferentes empresas contratadas para ésta labor semanal, dieron la información que demandé y les era autorizado.
Tiene una capacidad de 364 aparcamientos, que, por medio de sensores eléctricos, dejarán a primera vista la disponibilidad de las plazas libres. Así mismo, hay una oficina central desde donde se controlará el devenir circulatorio interior, baños públicos para los clientes y la supervisión de la seguridad en general por medio de cámaras.
Estas plazas de aparcamiento están distribuidas en tres pisos. El de arriba, es a la vez un mirador y paseo al aire libre, al que se accede indistintamente, por dos escaleras, una nace antes de terminar el Puente Nuevo y la otra que lleva al paseo de la Barquera y al puerto, son alternativamente, principio y fin de un paseo que rodea otras plazas de aparcamiento; en el centro de esta tercera planta, una torreta techada que acoge el ascensor y la izquierda, una escalera interior hacia los demás pisos y recogida del vehículo. Queda separado del camino peatonal por pequeñas jardineras, igualmente de cemento y la superficie de tierra cubierta de piedras, con plantas de lavanda; una estética que rodea invariable, a diferentes alturas, el exterior de todo el aparcamiento. Intermitentemente, aparecen sobre las jardineras papeleras y rejillas de madera convertidas en asientos, en la misma madera que remata la barandilla protectora del paseo.
Han ajardinado los huecos sin utilidad con planta de bambú; las que nacen desde el suelo donde se yergue esta mole cementada, son estilizadas y largas, las plantadas en la zona media, son más bajas. Un toque de verde sobre el gris.
Está iluminada por farolas negras a media altura, de aspecto minimalista y de lámparas alargadas a ras de las jardineras para iluminar el paseo. Coincidente en la estética general, se eleva una obra escultórica estilizada.
Desde este recorrido se puede admirar toda la zona antigua e histórica, que por su situación elevada sobre ese istmo, cubre cualquier otra vista al pueblo; hace un conjunto de piedra labrada y cemento. Quedan a la vista los dos puentes, las rías y la playas más cercanas a la Villa. La barra y bocana, queda escondido por el sobrio edificio que comparte los marrones en las fachadas, de la lonja del pescado. Gracias al límite de altura de esta edificación, por las características que tiene el solar, respetó las vistas y el sol, de todas las viviendas.
El piso de este paseo es seguro, pero, el del aparcamiento resbala cuando está mojado, que ocurrirá por la lluvia habitual en esta zona cantabra y que lo hace peligrosísimo el transito para los peatones que se apeen o suban a los vehículos con el piso húmedo. Aún a sabiendas y con cuidado, los resbalones y caídas serán inevitables. Hace dudar si en los demás pisos, al quedar mojado al paso de los coches escurriendo el agua de lluvia, también resbale. Sería un rompe huesos en serie.
Desconozco, si estaría en el proyecto del paseo, ser cubierto con alguna pérgola donde crecieran enredaderas u otros elementos naturales que protegieran del sol.
La planta baja es mixta. Se han habilitado unas bodegas orientadas al sur para uso de almacencillos para los pertrechos de los barcos, asimismo, dos locales al norte para el necesario mantenimiento del aparcamiento. Han quedado ampliadas, con mejoras y grúa exterior, sanitarios y cerramientos adecuados para la seguridad y el aislamiento.
Al decir de los vecinos, la ventaja de este aparcamiento se limita a un ciento de plazas reales, resultado de restar las gratuitas que había primero y las que cerrarán en el interior del puerto.
También se teme que una posible reorganización urbanística, convierta en peatonales determinados núcleos urbanos, con lo que si las cuentan no fallan, se convertiría en número negativo las tan deseadas plazas de aparcamiento.
Un bloque cementado que podría denominarse sin temor a equivocarse, como una “Acrópolis”.
Ángeles Sánchez Gandarillas
6-XII-2011
Que razón tienes, ayer fui a verlo con una amiga y al acercarnos para ver si habia ascensor, nos dimos cuenta que resvalaba mucho el suelo y aunque volvimos con sumo cuidado, mi amiga se metio un golpazo. Alli quedaron las marcas de los zapatos. Si llega a ser alguien mayor se rompe algo.
ResponderEliminareske ademas de ser feo el aparkamiento por fuera k ni pintau esta y k sea rentable en miles de años con lo k ha costau contratan a dedo menudu desperdiciu hacer cosas pa los jobenes
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