Ayer domingo día de nuestro patrón San Vicente Mártir, destaca como viene siendo tradición a lo largo del tiempo, la Feria de ganado y mercado, que aunque en un pasado era más bonito y entrañable realizarlo en la Villa, por motivos de espacio y comodidad para el gremio ganadero, se ha trasladado a la playa del Merón.
Pudimos disfrutar del trabajo de las ganaderías de la tierra, de una gente trabajadora y con hondas raíces que nos demuestran un año más su esfuerzo por sobrevivir con un oficio milenario, en una época denominada digital.
Las gentes de San Vicente lejos de que esta tradición se pierda, se han unido dando color en esta Feria tras un trabajo de investigación largo y a veces complicado recuperando el traje regional "Pescador de Gala" buscando consejo en una persona reconocida en estos menesteres, como es el señor Cotera y este a su vez tuvo la gran amabilidad de presentarnos a una persona que fue de gran ayuda con los cortes y materiales utilizados siglos atrás por los Pejines. Damos de esta manera las gracias de nuevo por su gran ayuda a Aurelio Velez, persona de gran valía, amable y un trabajador incansable.
Mucha gente desconocía este traje, y con el esfuerzo de estos vecinos se espera recuperar esta tradición
El trabajo solo acaba de comenzar, pues esto solo era la presentación.
Por delante tenemos limar los detalles y perfeccionarlo con la ilusión puesta en que se anime más gente a participar
Los pioneros en esta travesía, quieren dar las gracias a los vecinos que se emocionaron y disfrutaron ayer con ellos, que cantaron al unísono con el fondo de las pandereteras, gaiteros y tambores que evocaron tiempos lejanos de antepasados no conocidos.
Salieron de casa con los miedos de aquellos que empiezan algo que no saben cómo resultara y presentando una vestimenta antigua del lugar, un traje que saben que tienen que mejorar. Reunido el grupo, la música comenzó a sonar infundiéndoles valor y fuerza para caminar bajo nuestros viejos soportales, a cada paso y bajo la mirada atenta de los vecinos sorprendidos, se iban enderezando con el orgullo de la sangre pejina que corre por nuestras venas.
Volvieron a casa alegres, felices pues disfrutaron e hicieron disfrutar con la sensación de su fin cumplido, que era y es recordarnos que venimos de otras gentes que construyeron los cimientos de las familias que somos,
que envidia, quedaron preciosos, tengo muchas ganas de hacerme el mio cruci
ResponderEliminarEnhorabuena por volver a vuestras raíces, (desde algún lugar os estarían viendo vuestras familias) y llenos de alegría, como vosotros la tuvisteis el Domingo. Un saludo Flora.
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