miércoles, 5 de septiembre de 2012

Partido Amistoso entre dos grandes veteranos



En todas las fiestas patronales de cualquier pueblo o ciudad que se precie, siempre ocupó un lugar preferente el partido de fútbol entre el equipo de casa y el del pueblo o ciudad rival. Y en caso de no tener equipo de fútbol federado se optaba por el popular “solteros contra casados” que constituía, sin lugar a dudas, todo un acontecimiento. Otra opción llamativa eran los, cada vez más frecuentes, “partidos de viejas glorias” en las que el pueblo comprobaba que el tiempo pasa para todos, pero que también es cierto el dicho de que el que tuvo retuvo, y bien por la posibilidad de ver que todas las barrigas crecen, que en cien años todos calvos y que la eterna juventud es una quimera, o que los recuerdos siempre aparecen, aunque estén escondidos en la profundidad del último cajón, y viendo a estos veteranos recordamos cuando aquel gol significó tanto para nuestro equipo, el imaginativo regate con el que nuestro ídolo dejo sentado a su marcador, o como el fornido central, ahora menos atlético, de aquella maravillosa defensa de hace quince años secó al gran fichaje del equipo del pueblo vecino.

Ahora, consecuencia de la mejor calidad de vida, avances en comunicación, mayor disponibilidad de tiempo de ocio, proliferan las asociaciones de Veteranos de equipos deportivos, organizándose por doquier torneos de Veteranos de equipos de fútbol en los que sobre la base de enfrentarse a antiguos contrincantes, se busca la práctica deportiva y otras satisfacciones más allá de la victoria.

Somos muchos los que sin pensar en el resultado, nos emocionamos cuando tenemos que marcar a un viejo conocido, a veces compañero, del que no habíamos tenido noticias hace años. El abrazo del encuentro sólo puede comprarse al del final del partido. Compitiendo los dos en afectividad pero ganando el segundo en duración porque se termina casi siempre junto a la barra de un bar o a una mesa con productos y caldos de la tierra.

Si al tema emocional le unimos el aspecto lúdico festivo estamos montando un coctel tremendamente aditivo y esto ocurre porque a cada equipo de Veteranos le acompaña la correspondiente hinchada que, a diferencia del fútbol competitivo, no se enfada cuando su equipo lo hace mal, sino todo lo contrario, siempre encuentran momentos divertidos.

En definitiva el fútbol de Veteranos es una manera perfecta de continuar practicando deporte, el deporte que siempre nos gustó, y al que la mayoría tantos momentos agradables le debemos, aunque ahora los campos parezcan más grandes, el balón más rápido y el terreno siempre esté cuesta arriba.

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