lunes, 9 de marzo de 2015

Las nuevas miradas de ‘Camino a lo profundo’

Enrique Collado escribe este ensayo para ayudar al conocimiento sobre uno mismo y del mundo que nos rodea

‘Camino a lo profundo’ no es un libro dirigido a los triunfadores, «sino a las personas que se sienten fracasadas», según señala este autor cántabro, nacido en Santoña, que presentó esta semana su última obra en la Biblioteca Municipal de San Vicente de la Barquera.

No se trata de una obra teórica, sino de la transcripción de la propia experiencia, que acaba dando lugar a un libro testimonial. Este conocimiento empírico «puede servir a otros», explica el autor, «alos que busca la verdad entre tanta mentira».

En el prólogo, Collado recuerda su iniciación en el mundo metafísico a raíz de la lectura de un poema de Lao Tse, que finaliza «Y así, del ser, depende el uso / y del no-ser, que cumpla su misión», en referencia, a la ‘nada’ de la vasija o de la ventana, cuyo no-ser (el vacío interior) hace posible su funcionalidad.

El profesor Collado describe ‘Camino a lo profundo’ como «un viaje iniciático que puede durar toda la vida», y que es doble: hacía dentro y hacia fuera.

Collado busca en su último libro lo invisible… Lo que no se puede tocar, ni oler, ni oír; busca lo intangible, para ponerse en marcha o renovar el ánimo en el largo camino: «para conectar con la pasión por el mismo viaje».

Una vez más, un texto del siglo XXI, nos recuerda aquel otro del XVII: «Los meses y los días son viajeros de la eternidad. El año que va y el que viene también son viajeros. Para aquellos que dejan flotar sus vidas a bordo de los barcos o envejecen conduciendo caballos, todos los días son viaje y su casa misma es viaje» (Las sendas de Oku. Matsuo Basho).

El libro de Collado se compone de cuarenta capítulos en los que se analiza la existencia humana a través de análisis y experiencias guiadas, que buscan «una reconciliación con la vida». La herramienta es un lenguaje fácil, comprensible y amplio, para que pueda ser adaptado por cada lector.

En ‘Mi domingo’, por ejemplo, se habla de los hechos dolorosos que sucedieron hace tiempo y que hoy dificultan la vida, «pese a la tontería de permanecer enganchados a algo que ya no existe». ‘Gafas’ es otra de las experiencias guiadas que propone este trabajo, en la que se invita a conocer un mundo onírico a través de un viaje aerostático. El libro concluye con el poema ‘A ti, buscador’, modo de génesis y devenir de la Humanidad y sus esperanzas: «Acércate, peregrino, a ti mismo…».

La presentación de este libro, con un perfil filosófico y de autosuperación, ha enriquecido el círculo de la Biblioteca de San Vicente de la Barquera, orientada hacia la novela, los relatos y la poesía.

El autor cántabro llegó acompañado de Ibone Elordi, y finalizó su exposición con una meditación colectiva, otra primicia en esta biblioteca.

Enrique Collado participa en Amalgama-El mensaje de Silo y en la asociación Estela de Cantabria. Ha publicado en Tantín de Santander: ‘Héroes de toda edad’, ‘¡Viva la Pepa! y ‘La doble muralla’, así como ‘Paz. Fuerza y alegría’.

viernes, 6 de marzo de 2015

By Alba

No lo es. No es un arma de guerra. Si la conoces lo sabes, ella libra sus propias guerras. 
Como en un día de tormenta, en el que los truenos resquebrajan el cielo, ella contiene cada día eso en su pecho. Sus ojos no emanan fuego porque lo emplea en la decisión de seguir adelante en cada momento, avivando el espíritu de libertad. Esperando pacientemente el momento de saltar a un vacío y poder elevarse de el hasta el cielo. Ese cielo amaneciendo que la espera. En busca de batallas donde luchará sola. Buscando lo imposible para el resto. Sonriendo a pesar de todo, y teniendo gravado en el interior de los párpados que siempre hay que seguir a delante. Quizá un día consiga expandir hacia afuera el poder que alberga y dominar las riendas de un caballo desbocado que galopa rumbo al matadero. Mientras el tiempo transcurra nada está claro. Pero repito, no es un arma de guerra. No es una diana o un escudo. Su piel también sangra ante los puñetazos y las puñaladas. Sabe recuperarse, puesto que las veces la enseñaron a convertirse en hielo o hierro cuando el ataque es inminente. Pero a la hora de defenderse, podría apostar que no hay mayor hervor en la sangre humana que en su cuerpo. Tenía unas alas que había cuidado con esmero, y todos intentan arrancarlas con sus gangrenosas bocas. Quitarla toda su fuerza y utilizarla como cualquier otro ser.
No es egoísta defender los principios que tengamos, pero jamás se debe hacer bajo un escudo humano que amortigua o recibe los impactos que generas. El escudo es paciente, hasta que se convierta en pólvora y estalle. Y tu caballo de Troya se despeñe antes de ser utilizado. 


Y ella camina sola, entre la oscuridad silenciosa de la que ha aprendido más que de ninguna otra cosa. Pies descalzos sobre el suelo, con la vista en ese deseado cielo. Se esconde entre el humo del fuego de la guerra que todo lo quema. Respira como puede y observa como todo muere y es destruido. Suspira, se tumba, cierra los ojos y da descanso a sus heridas. 


- Sigue siempre adelante,- susurra - esta vez su caballo de Troya se ha escapado. 

jueves, 5 de marzo de 2015

Encuentro literario


El jueves 5 de marzo a partir de las 19.30 
contamos con la presencia del escritor costumbrista
 Juan José Crespo Saiz